La localidad del oeste chubutense conmemora hoy 71 años de vida institucional, aunque por razones climáticas los festejos serán mañana, incluyendo un locro popular, un show artístico musical y un desfile con las instituciones locales.
En la oportunidad, se recordará la creación de la primera comisión de fomento, que comenzó a funcionar un 5 de septiembre de 1.953, integrada por un grupo de colonos que marcaron su intención de independizarse y comenzar a forjar su propia identidad en un valle fértil por excelencia.
El acto central estará encabezado por el intendente César Salamín y el gobernador Ignacio Torres y comenzará a las 12, frente al edificio municipal. Luego está anunciado un desfile con las instituciones del lugar y las agrupaciones tradicionalistas. Al cierre, se cortará la torta del cumpleaños y la presentación de los acordeones del ISFDA 814; danzas argentinas por parte del grupo de Jubilados y Pensionados y un baile campero animado por Wanda Lobos y Los Hermanos Chamameceros.
Como todos los años, la premisa es homenajear a las familias pioneras que, con dedicación, sacrificio y compromiso, aportaron al desarrollo y crecimiento de la localidad.
Con una población actual estimada en unos ocho mil habitantes, el valle de El Hoyo se encuentra enclavado en el corazón de la Comarca Andina del Paralelo 42°. Su principal actividad económica es el turismo y además es la “Capital nacional de la fruta fina”, con sus chacras productivas y sus cultivos de cerezas frutillas, frambuesas, grosellas, arándanos, corintos, cassis y guindas, más las silvestres rosa mosqueta, sauco y maqui que se utilizan para la elaboración de dulces y licores.
De igual modo, en las últimas décadas se ha desarrollado la producción de vides, con tres bodegas abiertas al turismo, junto a su propio circuito de cervecerías artesanales.
Su potencial turístico incluye Puerto Patriada (sobre el lago Epuyén) y El Desemboque (sobre el lago Puelo), la catarata Corbata Blanca con su espectacular salto de 80 metros, la cascada Escondida en El Pedregoso, la laguna de los Buenos Pastos, el río Epuyén, la laguna Espejo y los cerros Pirque y Currumahuida, aptos para el trekking. Se suma el laberinto natural “más grande de Sudamérica” y el parque temático “Arcosauria”, con los animales de la Era del Hielo.
La oferta incluye unas 1.300 plazas de alojamiento en cabañas y hosterías, campings, servicios de cabalgatas, pesca deportiva y kayak; gastronomía típica cordillerana, pubs, ferias de artesanos y productores y centros holísticos.
Llegada de pioneros
La historia refleja que desde 1887 se asentaron provisoriamente aquí las familias campesinas de origen chileno que fueron llegando en búsqueda de un lugar para criar a sus hijos y sostener sus emprendimientos productivos, luego de ser virtualmente expulsados del país vecino al extenderse hacia el sur la colonización europea. Por entonces, aún era difusa la línea fronteriza, que recién quedó marcada definitivamente a partir del acuerdo binacional firmado en 1.902, luego de plebiscito de Trevelin.
Aquellos colonos llegaron a caballo y arreando su ganado, sin más armas que las herramientas para labrar la tierra y trabajar la madera, trayendo también las semillas y los sueños de un futuro mejor.
Entre ellos, figuran los nombres de Bernardo Azocar (1894), Juan Antonio Muñoz (1895), Lisandro Mellado (1903), José Silvestre y Dionisio Lobos, José Santos Cárdenas (1906), entre otros tantos. Como ocurrió en otros pueblos de la Patagonia, pronto se establecieron también los comerciantes sirios libaneses, como Mario Saliba Breide (1.907), quien fundó el primer molino harinero de la localidad.
Más tarde, en la década de 1.940, se registró el arribo de un contingente de inmigrantes ucranianos y polacos atraídos por el paisaje y el microclima, sumándose a un crisol de nacionalidades que depositaron todas sus esperanzas de vida en el valle de El Hoyo, como si se tratara de la tierra prometida. Desde entonces, las familias Szudruk, Yuziuk, Skiepco, Batiuk, Salamín, Koresky, Dzikowicki y Kolb, entre otras, forjaron aquí sus vidas.
Primera comisión de fomento
La primera comisión de fomento de El Hoyo la integraron los vecinos Rosamel Peña, el comisario Héctor Benavente (fue presidente hasta el año 1973), Alfredo Hernán Paladino; Enrique Lobos; Tadeo Azocar; Victoriano González; Audon Quilodrán y Teófilo Breide.
El primer intendente constitucional fue Juan Szudruk (FRE.JU.LI.) (1973/76), junto a los concejales Adelina “Ñata” Pereyra,” Lucho” Bracco, Luis “Yoyo” Sartirana (FRE.JU.LI.), Halim Breide y Gaspar Lobos (UCR) y Pacífico Ponce (PACH).
Durante el gobierno de facto, se sucedieron Alfredo Hernán Paladino; Ricardo Costa (interino); Carlos Zittoni (1979/81), nuevamente Paladino (1981), reemplazado tras su renuncia por Eduardo González (1981/83).
Con la vuelta de la democracia, los jefes comunales fueron Marcelino González (MID); Santiago Cárdenas (UCR, tres periodos); Carlos Ravena (PJ, reemplazado por Alfio Arzeno); Héctor Silva (UCR); Mario Breide (Partido Vecinal); Mirco Szudruk (PJ); Daniel Cárdenas (Chu.So.To.); Pol Huisman (Frente de Todos) y, actualmente, César Salamín (Juntos por el Cambio).