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El Hoyo: Un laberinto natural, animales de la Era del Hielo y todo el paisaje cordillerano a disposición de los turistas

“Vengan a El Hoyo para unas vacaciones de invierno inolvidables. Y para estar tranquilos también, porque una de nuestras cualidades es que el entorno te hace bajar varios cambios”, adelantó el titular del área de Turismo, Agustín do Nascimento.

Desde hace una década, el laberinto “Patagonia” es uno de los atractivos turísticos por excelencia de la Comarca Andina. Queda a cuatro kilómetros del casco urbano de El Hoyo, sobre el camino vecinal a El Desemboque, donde además se emplazan los tres viñedos y bodegas que elaboran vinos de gran prestigio (ganadores de medallas internacionales), y que también le dan identidad al pueblo cordillerano.
El laberinto natural “más grande de Sudamérica” es un paseo que se lleva todas las preferencias a la hora de salir de vacaciones con chicos o con adolescentes: son 8.400 metros cuadrados de cipreses de dos metros de altura que invitan al desafío de encontrar la salida. Tiene 76 metros de ancho por 112 metros de largo, en un predio de 9 hectáreas y al pie de una colina que muestra en todo su esplendor el cerro Tres Picos de un lado, el cerro Piltriquitrón del otro y debajo todo el valle del serpenteante río Epuyén que en invierno amanece cubierto de bruma y otorga un encanto mágico al entorno.
A criterio de su propietaria, Doris Romera, “el laberinto es una alegoría de la vida cuando uno anda perdido y encuentra el camino con lugares increíbles”. Explica que “cada visitante tiene que entrar sin ningún tipo de guía para encontrar la salida. Tiene 2500 metros de senderos y por allí genera alguna situación de ansiedad que habrá que superar”.
Abrió sus puertas el sábado pasado y permanecerá así hasta el 30 de julio, desde las 10.30 y hasta que oscurezca. La entrada general cuesta $2.500 ($1.500 para los residentes en el Corredor de los Andes). Además, para esta temporada hay novedades: en el ingreso se inauguró el restaurante “Comer & Beber”, con una carta accesible, unas vistas increíbles y brinda la posibilidad de estirar la excursión.
A su criterio, El Hoyo “se está convirtiendo en un polo del turismo de experiencia en Patagonia, estamos trabajando para que suceda porque hoy el mundo se está alejando de los destinos masivos y prefiere un trato más personalizado”.
“Lo cierto es que queremos que la gente se vaya feliz”, insiste la dueña del complejo, al tiempo que ofrece los servicios de la confitería, donde “se podrá recomponer el espíritu con un buen chocolate caliente acompañado de la mejor repostería cordillerana. Acá apuntamos siempre al producto kilómetro 0, como se llama todo lo que podemos conseguir de acá. Son famosas nuestras tartas y tortas de frutas rojos”.
Dando la vuelta por una vereda recién terminada, aparece la exclusiva Galería de Arte Digital, “conformada por un equipo de chicas recibidas en la Universidad Nacional de Río Negro y con contenidos que generamos nosotras. Actualmente, estamos presentando un proyecto que se llama ‘Cuatro años, cuatro elementos´’. Ya hicimos fuego y este año arrancamos con tierra; es arte inmersivo, un lugar donde uno entra y está dentro de la obra”, según graficó Doris Romera.
Era del hielo
Por otro lado, en el acceso norte a El Hoyo, está el parque temático “Arcosauria”, donde los chicos podrán interactuar con los animales de la Era del Hielo y enterarse, de paso, que buena parte de esa megafauna vivió en esta zona hasta hace 10 mil años (incluyendo al mamut, el tigre dientes de sable, el milodón -enorme oso de 4 metros de altura- y el perezoso). Otra parte está dedicada a los dinosaurios de la Patagonia y a otros animales de la prehistoria, representados en esculturas a escala real y ubicados en un escenario natural rodeado por los cerros Piltriquitrón, Pirque y Currumahuida.
“En este pueblo tenemos mucho para mostrar”, aseguran con orgullo los hoyenses. Hay que destacar la ruta de las cervecerías artesanales, ya un sello distintivo de la región, además de los creadores recientes del gin y otras bebidas espirituosas.
Se suman las artesanías que “demuestran y fortalecen la identidad productiva, cultural y social de la localidad”. La feria Tierra de Encuentro, pegada a la estación de servicios, expone desde los reconocidos dulces caseros, quesos y finos licores hasta escabeches, artesanías en cuero, madera, cerámica y tejidos.
De igual manera, si tocan días soleados, la opción es un paseo en familia (o pareja) para merendar en la costa del lago Epuyén (Puerto Patriada) o del lago Puelo (El Desemboque). Un poco más cerca, espera la laguna de los Buenos Pastos o toda la adrenalina de trepar hasta la catarata Corbata Blanca. Otra posibilidad es una cabalgata por el paraje Rincón de Lobos. En cambio, si la opción es disfrutar de la nieve, a solo 40 km está el cerro Perito Moreno
A la hora de hospedarse, en el mismo pueblo de El Hoyo hay suficientes cabañas, hosterías y casas de comidas para que las vacaciones sean completas.
(Gentileza Fernando Bonansea-Lugares y Sabores Patagonicos)