El Bolsón vuelve a convocar este verano con su tradicional Fiesta Nacional del Lúpulo

El intendente Bruno Pogliano anunció ayer que “vuelve la fiesta popular y gratuita más importante de la provincia de Río Negro. Acá estamos firmando la resolución para realizar la 48° edición los días 21, 22 y 23 de febrero de 2025”.
La Fiesta Nacional del Lúpulo ofrecerá a lugareños y visitantes “una amplia gama de actividades, incluyendo espectáculos musicales, el tradicional circuito cervecero y una gran propuesta gastronómica. Esta celebración refleja el espíritu y la tradición de El Bolsón y promete ser un evento memorable para todos los asistentes”, adelantó el secretario de Turismo Nicolás Distchensky.
“Somos los principales productores de lúpulo de Sudamérica, los mismos que le damos el sabor a la cerveza”, remarcó Pogliano.
Desde su primera edición en 1964, la celebración ha mantenido la premisa de «honrar al fruto distintivo que otorga el sabor a la cerveza, introducido por los colonos que iniciaron su producción en la zona a comienzos del siglo XX. Originada en una antigua reunión popular al inicio de las cosechas, la fiesta ha crecido enormemente y se ha consolidado en el tiempo”, recordaron en la oportunidad.
Cabe destacar que en la actualidad, en la Comarca Andina del Paralelo 42° se produce el 70% del lúpulo argentino, con unas 122 hectáreas plantadas. Se dividen entre cinco productores con chacras en el Camino de los Nogales, Mallín Ahogado y Lago Puelo.
De igual modo, desde la década de 1970, El Bolsón está catalogado como “la cuna de la cerveza artesanal argentina”.
Según la ley de pureza establecida hace ya varios siglos por los alemanes, la elaboración de una buena cerveza debe limitarse “al agua de la montaña, la cebada malteada y la levadura, además del lúpulo”, que es una enredadera y cuyo órgano botánico de interés es la flor. Aunque es uno de los ingredientes con menor porcentaje en la popular bebida, tiene un valor fundamental al ser el responsable del amargor y el flavor (aroma/sabor). También tiene un rol clave en la estabilización de la espuma, además de sus efectos antioxidantes.
La fiesta
Por razones económicas, la Fiesta Nacional del Lúpulo fue suspendida el verano pasado. Para la próxima edición, el objetivo “es tener espectáculos de primerísimo nivel, como está acostumbrado nuestro público”, señaló el jefe comunal. En tanto, para el bingo estará en juego un automóvil cero kilómetro.
Sumó que “la idea es tener un número artístico de renombre nacional por noche, tanto en el género popular como rock, folklore o pop, aún cuando el costo de cada grupo está por encima de los 30.000 dólares. Por ello, seguimos insistiendo tanto ante el gobierno nacional como provincial para que nos apoyen financieramente”.
De igual modo, resaltó que “también apuntamos a motorizar toda la economía lugareña en un momento en que está terminando la temporada estival. Queremos que la fiesta convoque gente de toda la Patagonia y extender la actividad turística hasta Semana Santa, ya que es la principal generadora de empleo”.
De igual modo, el secretario de Turismo confirmó que “también será una excelente vidriera para los artistas regionales. Tanto los músicos como los grupos de danzas tendrán un espacio de relevancia en el escenario Violeta del Agua”.
El calendario de festividades en la zona arranca en enero con la Fiesta Nacional de la Fruta Fina (El Hoyo) y con el Encuentro Provincial de Artesanos (Epuyén). Para febrero, están programadas la Fiesta Nacional del Asado (Cholila); Fiesta Nacional del Tren a Vapor (El Maitén); Fiesta Nacional del Bosque (Lago Puelo) y cierra la Fiesta Nacional del Lúpulo (El Bolsón).
Historia
Los primeros rizomas fueron traídos a la Comarca Andina por colonos alemanes desde Chile a finales del siglo XIX. Aunque los galeses que poblaron las costas chubutenses “elaboraban su pan agregando lúpulo”, para luego acercarlo hasta la cordillera.
La crónica refleja que “el primer esqueje de lúpulo en El Bolsón fue plantado por Jorge Hube en el año 1905, ya que en esos tiempos se usaba como planta trepadora ornamental, para fines medicinales y culinarios y para la fabricación de cervezas caseras”.
Precisamente, su vecino Otto Tipp pasó a la historia en 1917 como “el presidente de la República Independiente de El Bolsón”, ya que fabricaba cerveza y su ascendencia sobre los vecinos era evidente. Cuentan que cuando la espumante bebida estaba lista, izaba una bandera blanca avisando a la población que ya podía ir y la fiesta duraba varios días. Como resultado “de aquellas profusas libaciones de estos singulares parroquianos, aburridos de tantos meses de invierno, no tuvieron mejor idea que apartarse del lejano gobierno de Buenos Aires, que los ignoraba”.