El principal receptor es el cerro Perito Moreno, visitado a diario por gente de Buenos Aires, la costa chubutense, el Alto Valle de Río Negro y Neuquén y también por brasileros, uruguayos y europeos.
“La temporada invernal explotó este fin de semana”, graficó el encargado de un comercio dedicado al alquiler de equipos para esquiar, quien reconoció que “todos los días estamos trabajando hasta cerca de las 22, porque todos quieren estar preparados al día siguiente para subir al cerro”.
En promedio, los esquíes, botas, bastones, antiparras, campera y pantalón cuestan unos $50.000. En temporada alta (hasta el 24/08), hay que sumar otros $58.963 ($21.738 para peatones) en medios de elevación (para los habitantes de la Patagonia todas las tarifas tienen un 15 % de descuento).
El complejo de deportes de invierno está ubicado a 25 km del centro de El Bolsón y cuenta con 24 km de pistas, 10 medios de elevación y cinco puntos gastronómicos, aunque el Plateau (en la parte superior de la montaña) se lleva todas las preferencias con sus 200 hectáreas de nieve a disposición.
“Son tarifas muy competitivas, ya que en otros centros de esquí de la región hay que desembolsar el triple”, valoró hoy el secretario de Turismo, Nicolás Distchensky, quien sumó que “también hay precios muy convenientes en cabañas y hosterías; además de nuestra tradicional gastronomía y la buena onda de la gente cordillerana, siempre dispuesta a recibir a quienes nos eligen para sus vacaciones”.
En el caso de los extranjeros, en su mayoría utilizan el aeropuerto de San Carlos de Bariloche, alquilan un auto y llegan a la Comarca Andina para hospedarse. “Hace un par de años descubrieron las bondades de esquiar en el cerro Perito Moreno y cada vez son más. El año pasado notamos muchos brasileros, uruguayos y chilenos, aunque ahora nos llama la atención que aparezcan alemanes, suizos, franceses y hasta norteamericanos”, reveló un operador local.
Cae la tarde y la presencia de turistas comienza a notarse en los restaurantes, pubs y cervecerías, tanto en el centro de El Bolsón, como en Lago Puelo y El Hoyo. Las picadas de montaña con las típicas cervezas artesanales o los vinos “más australes de la tierra”, son las preferidas, aunque no faltan los pedidos de platos gourmets que incluyen trucha, cordero, ciervo, jabalí, o ensaladas “inimaginables en cualquier otro punto del planeta”.
Excursiones
Claro que también hay alternativas -además del esquí- para disfrutar en familia: un paseo hasta El Bosque Tallado con sus 55 tallas monumentales construidas sobre troncos de lengas, también permite llegar hasta el refugio del cerro Piltriquitrón y obtener las mejores imágenes de los valles nevados.
En El Hoyo, el laberinto “Patagonia” propone el desafío de encontrar la salida sin ningún tipo de guía. «Es una alegoría de la vida, como cuando uno anda perdido y encuentra el camino con lugares increíbles. Tiene 2500 metros de senderos y por allí genera alguna situación de ansiedad que habrá que superar”, anticipa Doris Romera, su propietaria.
En el Parque Nacional Lago Puelo, la propuesta es una excursión lacustre hasta el límite con Chile, en el corazón de los Andes y atravesando paisajes de ensueño. Por otra parte, El Maitén ofrece la posibilidad de “un verdadero viaje al pasado” en una excursión en La Trochita.
En tanto, en Cholila hay que dedicar tiempo para degustar “la mejor carne del mundo” en alguna de sus parrillas pueblerinas, donde los lugareños le contarán también de la tradición de las familias campesinas. Antes de partir, impostergable una visita a la cabaña de Butch Cassidy que aún encierra los misterios de aquella legendaria banda del oeste norteamericano que llegó huyendo hasta la Patagonia.
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