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El contexto nacional genera al sector productivo de fruta fina de la Comarca más incertidumbres que certezas

El contexto nacional, no deja de generar incertidumbre entre los productores de la Comarca Andina, entre ellos los del rubro fruta fina, que siguen apostando al desarrollo y crecimiento, muestra de ello es que por primera vez, la región superó las 200 hectáreas de frambuesas den producción.

En materia de competencia y comercialización la incertidumbre radica en  “no saber si se va a liberar la importación de frutas”

Ya hubo una experiencia similar durante la presidencia de Mauricio Macri, desde 2016, cuando a la industria argentina le convenía traer sus insumos de Chile, que actualmente “tiene más de 12 mil hectáreas de frambuesa”, según recordaron. Lógicamente, una medida neoliberal que afectó los intereses de los productores locales.

Entorno a la ampliación de superficie productiva, el ingeniero Javier Mariño (Inta) indicó que “se plantaron bastantes hectáreas más, incluyendo la zona de El Manso. También está en desarrollo un proyecto de frambuesa bajo cubierta para sacar fruta de mejor calidad y fuera de temporada. En resumen, hay apuestas para seguir produciendo más y mejorar, a pesar de este panorama desalentador”.

Históricamente, la fruta cosechada en la región cordillerana goza de excelente fama y es demandada por distintos mercados. “La producción está, aunque todavía no están cerrados los negocios”, subrayó Mariño, al tiempo que estimó que “se va a vender, pero también habrá una puja de precios, vamos a tener que esperar”.

 El ingeniero precisó que en el caso de la frambuesa “se cosecha y se congela, pero la comercialización no es tan fluida como en los últimos años”. Acerca de los valores estimativos vigentes, indicó que “en puerta de chacra, en bandeja, cuesta entre $5.000 y $5.500 el kilo. Los compradores de fruta también están atentos a que se libere la importación y ahí habrá otro ingrediente para competir a otra escala, como es Chile”.

En detalle, acotó que “el año pasado se comercializaron unas 400 toneladas en el mercado interno. Creció mucho la demanda para este tipo de frutas a nivel nacional, tanto para consumo fresco como para la industria de dulces y helados”.

La fruta fina sigue en importancia al turismo como principales actividades económicas del corredor andino. “La producción primaria mueve mucha gente en el campo (en una chacra con dos hectáreas de fruta, necesitan 30 personas cosechando); una hectárea de frambuesa rinde en promedio entre 7.500 y 8.000 kilos, se cosecha a mano y el peso promedio de cada fruto son 5/6 gramos. Lleva mucho trabajo en mano de obra y con los acuerdos salariales vigentes se está pagando bien”, apuntaron.

Cosecheros

En otro orden, Javier Mariño confirmó que alrededor de 600 cosecheros del norte del país ya están trabajando en la comarca. Indicó que “el año pasado se insistió mucho con el tema de la drosophila suzukii (mosca de los frutos), una plaga que afectó bastante. Observamos que la mejor forma de manejarla es con una presión sostenida de cosecha, no dejando fruta en las plantas. Es por eso que seguramente hoy los productores están invirtiendo y poniendo más cosecheros”.

Sobre los pagos a los trabajadores, destacó que “se está por firmar un acuerdo salarial para los cosecheros de fruta fina, con intervención de la UATRE, que además prevé convenios para los próximos tres meses”.

 Primavera larga

Acerca de las condiciones climáticas que caracterizan la temporada, Mariño dijo que “fue una primavera atípica, muy larga y con muchas lluvias. No levantó la temperatura, entonces hubo un atraso en la maduración de todas las frutas. Por otro lado, la frambuesa tiene problemas de enfermedades cuando se encharcan los suelos. Entonces, se generan problemas de hongos y hubo enfermedades en algunas plantaciones”.

“También tuvimos dos heladas tardías (una hace un mes y otra hace 10 días), afectando los frutales en plena floración. Va a haber un poco de merma en los rendimientos, pero independientemente de ello, las plantaciones vienen bien. Se ha avanzado mucho en tecnología, los productores están trabajando en prevención, se está podando bien, pero las condiciones climáticas no las podemos atajar nosotros”, aseveró.

En relación al concurso del Inta y otros organismos competentes de la provincia del Chubut en el área, recordó que “a principios de diciembre hicimos un taller de costos y un taller sobre cosecha y post cosecha para productores de frambuesa. También hay un grupo de Cambio Rural que está trabajando y acompañando en respuesta a algunos problemas técnicos que surgen”.

Otras frutas

Mariño calificó como “un complemento muy interesante para la economía del sector” la producción de frutillas, cerezas, guindas, arándanos, cassis, moras, corintos y grosellas que se están cosechando a esta altura del año en varias chacras de la zona. “Todos estos productos también están saliendo al mercado y hay un acuerdo salarial para sus cosecheros”, detalló.

Sumó que “las frutas secas son otra variante que se viene desarrollando. En octubre tuvimos un taller sobre producción de nogales, avellanos y almendros. Vinieron unos cuantos interesados  y en enero o febrero haremos un jardín demostrativo con seis o siete variedades. Creemos que puede ser una alternativa interesante para los productores, ya que su comercialización no es tan urgente como son las frutas finas, además de que tenemos condiciones especiales para producir frutos secos en la región”, concluyó.