El Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido (Anprale) abarca 66 mil hectáreas de bosques nativos y es visitada anualmente por más de 100 mil excursionistas de todo el mundo. Debido al impacto ambiental que provocan, distintos organismos competentes buscan regular su uso.
El secretario de Turismo de El Bolsón, Bruno Hellriegel, reflejó hoy que “estamos trabajando en forma conjunta con todas las instituciones que se han puesto al hombro, de una forma u otra, la preservación y la conservación de este espacio tan importante, incluyendo el apoyo y el acompañamiento de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Río Negro, el Ministerio de Turismo, el área municipal de Comercio, Defensa Civil y el Concejo Deliberante, entre otros”.
Al respecto, recordó que anualmente “unos 80 mil turistas se registran en la Oficina de Montaña” y que “el objetivo es que lo hagan todos aquellos que suben a la red de refugios de montaña más extensa de Sudamérica y formen parte de la estadística para poder trabajar en planes de contención y seguridad”.
El plan apunta “a tener un cupo de acceso que restrinja la sobrecarga sobre los senderos y sobre los lugares que la gente visita, a través de una prueba piloto que se está evaluando aplicar este año; además del cobro de acceso que nos permitiría volver a invertir en el área con medidas de protección para los caminantes, en pasarelas y en garantizar que la experiencia sea la indicada, contemplando también un seguro personal”.
Enseguida subrayó que “seguramente los resultados se podrán evaluar en la temporada siguiente, porque son trabajos que se plantean a largo plazo y nos van a decir si tomamos el camino indicado o no. Pero la realidad es que lo implementado el año pasado dio frutos y creemos que todavía queda un camino muy largo por recorrer”.
A su criterio, “principalmente tiene que ver con concientizar al prestador turístico local, porque ese visitante que va a la montaña antes pasa por un alojamiento de la ciudad y ahí es donde tiene que recibir toda la información para registrarse, saber que tiene que subir con calzado e indumentaria adecuada y no repetir esas imágenes de gente que sube con bolsas en la mano o en ojotas”.
Sumó que al igual que ocurre en otros destinos similares, como Machu Pichu o El Chaltén, “se debe reservar con tiempo e informarse como corresponde”.
De igual modo, Hellriegel reconoció que “a la fecha, aún no tenemos definido un número diario de ingresos. Se va a trabajar en base a la estadística de lo que fue la temporada anterior y de lo que se quiere proyectar de acá a los próximos años para evaluar un impacto gradual, en función del plan de acción en marcha”. Con todo, recalcó que “esta prueba piloto no se hace con fines recaudatorios, sino para poder volcarlo en servicios que hoy no se están dando en el Anprale”.
Refugieros
Sobre la prestación existente en los distintos refugios de montaña, el funcionario precisó que “la semana pasada trabajamos en una capacitación para todos los responsables que están en la zona del Anprale, comenzando con la prevención de incendios forestales (a cargo del Splif) y sobre bromatología, con el concurso del área municipal de Comercio”.
Agregó que “también estamos a la espera de la reglamentación de la nueva ley provincial de turismo, que nos aportará las herramientas para avanzar en algún tipo de habilitación turística para estos refugios”.
En respuesta a la críticas sobre “la actividad netamente lucrativa de los refugieros”, Hellriegel contrapuso que “es un desafío enorme ponerle el cascabel al gato y no lo vamos a lograr solo en esta temporada, pero teníamos que dar los primeros pasos y tenemos que dar las primeras señales de que tenemos una real intención de regularizar toda esta zona”.
“Creo que ya están comprometidos, porque son ellos quienes tienen el impacto directo de la llegada de la gente, y se van a comprometer más cuando vean la planificación y el trabajo serio que hay de fondo y que, en definitiva, todas estas herramientas que estamos generando los van a terminar beneficiando a ellos”, concluyó.
La red de refugios de montaña “más extensa de Sudamérica” es furor para el turismo argentino y extranjero en los últimos años. En cada jornada de verano, es incesante el flujo de caminantes con la idea de “conectarse con la naturaleza y con las noches de fogón durmiendo a la intemperie, ya que el cielo completamente estrellado parece venirse encima”.
La Playita, La Tronconada, Cajón del Azul, El Retamal, La Horqueta, Los Laguitos, Encanto Blanco, Dedo Gordo, Natación, Hielo Azul, Casa de Campo, El Conde, Lindo, Roca del Tiempo y Motoco, son los destinos luego de 4 o 5 horas de caminata que con una vasta bifurcación de senderos permiten conocer a fondo los secretos de la cordillera.