Antes de estudiar periodismo pase por dos facultades de derecho: La Plata y Buenos Aires. Eso fue hace mucho, pero muchos años, sin embargo algo aprendi. Lo fundamental es que en la justicia los poderosos y los débiles, son iguales. Qué David puede enfrentar a Goliat sin necesidad de apelar a la honda. Eso al menos, o mucho me equivoco, enseñaba Ulpiano. Y de allí para acá los grandes maestros. Una mirada por Google le puede refrescar la memoria a los que tienen poder de decisión. A los Pilato.
¿Por qué este introito? Hace más de 60 días Telefónica me dejó sin servicio de teléfono e Internet.
Los call center son la más maravillosa máquina de no aportar soluciones. Los operadores siempre están ocupados y cuando alguien se digna a atender, vaya a saber desde qué lugar del planeta previo a contestar preguntas de todo tipo, hasta si Messi hizo bien en dejar Barcelona, es como imposible lograr una respuesta apropiada.
Cansado de tanto atropello, mientras no dejo de recibir encuestas, no ya a mi nombre, sino al de Mari Ines para que opine sobre el trato recibido, ofertas de todo tipo, comunicados para informarme que mi pedido de baja fue aceptado (¿?) y hasta facturas para que pague, eso sí con descuento, por un servicio que no me dan, presenté un recurso de amparo. El juez lo rechazó.
Se ve que Ulpiano no tenía razón. Los maestros del derecho tampoco.
Pese a que vivo en medio de La Patagonia donde escasean los servicios y las piedras se cuentan por miles de millones, voy a intentar demostrar que la justicia sigue teniendo una venda en los ojos, no en el cerebro. Que la honda no es necesaria.
Cayetano Osvaldo Ruggieri –DNI 4566766
Ruta Provincial 16, Kilómetro 8, Chacra Nusskotten, Lago Puelo, Chubut