Dos audiencias se realizaron entre el miércoles(28) y el jueves(29) para definir la situación del único imputado por el crimen de Nicolás Soto ocurrido en abril de este año.
El miércoles tuvo lugar la audiencia preliminar en la que fue aceptada la acusación de la fiscalía y también la de la querella. Ambas se diferencian en la calificación escogida para el hecho, mientras que la primera pretende probar un homicidio simple, la segunda sostiene que se trató de un homicidio cometido con alevosía. También fue admitida la prueba de la defensa y abierta la etapa de juicio. A pedido de la Fiscalía se dispuso la continuidad de la prisión preventiva hasta el debate. El jueves dos jueces confirmaron esta decisión.
El hecho data del 28 de abril pasado, aproximadamente a las 22:15 hs. en una vereda del Barrio 44 Viviendas, cuando un adolescente de 15 años y su hermano (el imputado), golpearon enérgicamente a la puerta de una casa, el imputado les dijo a los propietarios que le dijeran al hijo de estos que se dejara de molestar o le «pegaría un tiro con un rifle», “ que sujetaran a su hijo porque sacaría el 22 que tenía en su casa y los iba a matar a todos”, porque ya le había pegado un tiro a uno, y otras manifestaciones similares. Unos minutos después de iniciada esta situación, llegaron al domicilio el joven menor de edad al que iban dirigidas las amenazas, Nicolás Soto y otro menor. Al acercarse el menor de los hermanos agresores le dijo al dueño de casa que con él no era la cosa «el problema es con Nico», mientras el imputado les manifestaba que no se hagan los locos porque tenía un cuchillo, y se los exhibió levantándose la ropa y agregando «… los voy a cagar de una puñalada». Para evitar que se agredan el dueño de casa intercedió separando al imputado de su hijo, ingresándolo al terreno de su vivienda, mientras que el menor de los agresores tomó a golpes de puño a Nicolás Soto, al tiempo que este se defendía. Cuando Soto se cayó o se agachó, el imputado tomó su cuchillo y lo sorprendió desde atrás apuñalándolo y provocando su muerte pese a las atenciones de urgencia que se le dispensaron.
La Fiscal Fernanda Révori calificó el hecho como homicidio simple en concurso real con amenazas con arma. Por su parte Daniel Sandoval, representante legal de la querella, difirió en la descripción del hecho señalando que Nicolás no se defendió, por lo cual el ataque del imputado implicó un homicidio cometido con alevosía.
Esta diferencia de calificación repercute en la expectativa de pena. Mientras que Revori planteó una pretensión punitiva de 16 años, la calificación de la querella implica una amenaza de prisión perpetua.
Hasta el juicio
El imputado permanece en prisión preventiva desde la primera audiencia y esa medida vencía al momento de la preliminar, es decir el pasado miércoles. La fiscal solicitó que la medida persista hasta el juicio, fundamentalmente porque a su criterio perdura la misma situación que se valoró previamente para dictar la medida: peligro de fuga y de entorpecimiento procesal. Bruno Deias, defensor público, se opuso enérgicamente a esta petición por entender que de ningún modo se justifica prolongar una medida de restricción de la libertad tan gravosa, ya que a esta altura se convierte en una pena anticipada.
El juez Javier Allende coincidió con la Dra. Révori y determinó la continuidad de la medida de coerción hasta el juicio.
Deias solicitó la revisión por otros dos jueces y planteó varios cuestionamientos a la decisión. Dijo que en este caso se tuvieron en cuenta generalidades como por ejemplo la expectativa de pena y el riesgo de entorpecimiento a testigos sin explicar a quiénes y de qué modo. Révori defendió la decisión y reeditó sus argumentos. Finalmente el tribunal conformado por los magistrados Jorge Criado y Ricardo Rolón decidió confirmar la prisión preventiva explicando que no encuentra una medida menos gravosa que en este caso logre garantizarse la llegada de la investigación a juicio.