Home / Comarca Andina / Un aeropuerto para la Comarca Andina: un largo camino que vuelve a tomar impulso

Un aeropuerto para la Comarca Andina: un largo camino que vuelve a tomar impulso

“El trabajo conjunto y la colaboración entre El Bolsón y Lago Puelo continúan siendo pilares fundamentales para el progreso y el bienestar de nuestra región”, reseñaron ayer los intendentes Bruno Pogliano e Iván Fernández al cerrar un encuentro para abordar varios proyectos de envergadura, más allá de las restricciones presupuestarias a las obras públicas que imprimió el presidente Javier Milei.

En la oportunidad, el jefe comunal del oeste chubutense valoró que “la posibilidad de contar con un aeropuerto en El Bolsón beneficiaría enormemente a toda la Comarca Andina”. De igual modo, avanzaron sobre la idea de potenciar una vez más (se viene hablando desde 1983), el proyecto del Paso Puelo que busca establecer una conexión bimodal con Puerto Montt (Chile) para integrar a la zona andina a un circuito turístico de enorme potencial y visitado anualmente por miles de extranjeros.
Otro punto de acuerdo apunta a «coordinar esfuerzos para el lanzamiento conjunto de la temporada de invierno, involucrando a todas las localidades que forman parte del Corredor de Los Andes. Esta sinergia promueve una visión de integración comarcal que ambos intendentes están comprometidos en fortalecer”, destacaron.
Un sueño
Desde hace tiempo, Bruno Pogliano no oculta que “a futuro podemos soñar con tener un aeropuerto propio que nos permita bajar en El Bolsón aviones comerciales para terminar de consolidar el gran destino turístico que ya somos”.
Se apoya en las estadísticas: acaba de cerrar la temporada estival con la llegada de unos 300 mil visitantes y para las próximas vacaciones de invierno se espera un alto impacto de esquiadores atraídos por el complejo del cerro Perito Moreno, que necesariamente utilizan la terminal aérea de San Carlos de Bariloche.
En coincidencia, al empresario local entusiasma que el público brasilero, uruguayo y chileno descubrió que en El Bolsón “puede esquiar y disfrutar en familia a un costo sensiblemente menor que en otros destinos patagónicos, sin colas, con atención personalizada y con una gastronomía única en el mundo”. Al respecto, una de las premisas en los últimos años fue “convencer a los operadores mayoristas, quienes orientan la elección de los esquiadores de las grandes ciudades”, principalmente San Pablo.
Si bien se toma a Bariloche “como el ejemplo a seguir”, los funcionarios insisten con que “es hora de crecer y buscar inversores para tener nuestro propio aeropuerto”.
Historia
A principios de los ’90, el propio presidente Carlos Menem llegó hasta El Bolsón para inaugurar la pista pavimentada de 1300 metros. Claro, no lo pudo hacer por vía aérea porque las condiciones climáticas y la propia topografía del valle lo impidieron. Obligado, tuvo que hacer tres horas de ripio porque la ruta nacional 40 tampoco estaba asfaltada. Al final, tomó la decisión de terminar la obra, que finalmente se habilitó en 1996 después de 40 años de espera.
Desde entonces, el aeródromo local estuvo siempre limitado a los vuelos de cabotaje de Lade (ya desaparecida), los aviones hidrantes contratados por el Sistema Nacional de Manejo del Fuego para apagar los incendios forestales y algún que otro jet de empresarios.
Según los expertos, “la geografía imperante, con cerros de dos mil metros de altura, hacen virtualmente imposible la llegada de un boeing. Podría lograrse, pero hay que hacer inversiones millonarias en equipamiento”.
Otros inconvenientes señalados son que “terminó quedando en el medio del pueblo, que sigue creciendo hacia el norte. Tarde o temprano, son tierras que la misma comunidad va a necesitar para desarrollarse”. Escuelas, estaciones de servicio y clubes bajo los aviones son otras de las objeciones.
También por la década de Menem, se instaló la propuesta de hacer un aeropuerto comarcal en el paraje La Burrada, entre El Maitén y Epuyén, que llegó a contar con el aval de la Fuerza Aérea y el apoyo de 25 intendentes cordilleranos, aunque “la propia realidad del país y de los proyectos cajoneados lo fueron llevando al olvido”, reflejaron.