La caravana partió el día jueves desde Bariloche bajo el lema “Estamos vivos, por eso caminamos” y recorrió más de 800 kilómetros contra el nuevo código de tierrasimpulsado por el Gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck.
La marcha arribó hoy a Viedma, procedente de distintos puntos de la provincia y concentró frente a la Casa de Gobierno, la cual amaneció una vez más completamente vallada y con un exagerado despliegue de seguridad.
La Central Obrera denunció así este nuevo avance que da continuidad a las políticas de saqueo y la destrucción del territorio que involucra no sólo del pueblo mapuche tehuelche sino a toda la sociedad rionegrina.
“Esta avanzada es una muy mala noticia para nuestra provincia. Con este nuevo código el Gobernador sigue trabajando para los grandes grupos económicos empeñando el territorio y nuestro futuro inmediato”, señaló Aldo Capretti, Secretario Adjunto de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma de Río Negro.
“Desde la Central no vamos a permitir que las políticas sigan yendo en contra de los intereses y el bienestar de nuestro pueblo. Así lo dejamos asentado en este importante recorrido donde expresamos claramente el rechazo a este nuevo avasallamiento de los derechos de los pueblos mapuche tehuelche y de toda la sociedad rionegrina”, concluyó el dirigente.
Cabe destacar que este nuevo código de tierras ignora toda la legislación y los derechos de los pueblos originarios y desconoce la existencia del pueblo mapuche-tehuelche y las comunidades que habitan el territorio. Junto con eso, esta iniciativa abre la puerta -todavía más- a los negocios inmobiliarios, la minería y el petróleo con emprendimientos que sólo benefician a los grandes grupos económicos dejando a su paso tierras arrasadas y contaminación. Consecuencias de esto ya se viven en la zona del alto valle, dedicada históricamente a la producción de peras y manzanas, donde ahora se observan más de un centenar de torres petroleras.
Desde la Central se observa con suma preocupación el avance de estos nuevos artilugios legales que permiten aplicar con garantías constitucionales-jurídicas la política extractivista que expulsa a su paso a las comunidades de su territorio y solo dejan contaminación, hambre y muerte. Por todo eso, junto al pueblo en ese largo recorrido que fue de la Cordillera al mar, la CTA le dijo no al nuevo Código de Tierras.