El cielo de Epuyén junto a la comunidad del lugar, festejan con alegría el vuelo de la condorito Inés, que abrió sus alas con el registro de dos vuelos, una vez sola y en la segunda oportunidad en compañía de dos adultos.
La noticia fue comunicada por la Asociación de Bomberos Voluntarios el día de ayer(24/08) , señalando al respecto “nuestra pichona, la condorita Inés, comenzó a volar por los cielos de nuestro pueblo”.
En ese marco resaltaron que “es una gran noticia”, en tanto desde el equipo “Acción Cóndor” recordaron que “este proceso de reintroducción del ejemplar cóndor andino comenzó el 13 de junio como resultado de la conciencia y acción comunitaria que sostuvo que Inés tenía que realizar su adaptación en su espacio natural”.
“Hoy es un día muy especial y de gran satisfacción, Inés está volando y es gracias al esfuerzo llevado a cabo por nuestra comunidad. Día a día, este esfuerzo continúa mostrando resultados positivos en su proceso de reintroducción”, concluyeron.
Cabe recordar que la pichona cayó en un sector poblado y una vecina la protegió hasta que llegaron los bomberos (en su honor se la bautizó Inés). Poco después, ante la decisión de organismos especializados para trasladarla al complejo Temaikén, en Buenos Aires, con la premisa de someterla a un proceso de readaptación, comenzó una cruzada popular que juntó más de 5 mil firmas para que sea soltada nuevamente en el lugar donde sus padres sobrevolaban todos los días buscándola.
En realidad, toda la geografía de Epuyén es un verdadero paraíso para estas aves icónicas de los Andes patagónicos, toda vez que los altos cerros circundantes –con escasa presencia humana o de depredadores- les permite un escondite perfecto para sus nidos y desde allí desplazarse a diario cientos de kilómetros hacia la meseta chubutense para obtener su comida (carroña de animales, principalmente).
Para los habitantes de la zona es habitual verlos levantar vuelo cuando las corrientes térmicas se lo permiten (cerca del mediodía), aprovechando para dar las primeras lecciones a su pichones. En el sector hay lugares emblemáticos para observarlos, como “La Condorera”, en lo alto del Parque Municipal Puerto Bonito, o en La Angostura, a pocos metros de la ruta nacional 40, donde utilizan un par de promontorios rocosos (con el río Epuyén al medio) para enseñar a los hijuelos.