Se llama Lautaro Sandino Cid, tiene 17 años, y en mayo competirá por el título nacional en el festival programado en Rawson en la categoría de 69 kilos. El sábado, en Allen, venció por puntos al campeón neuquino. A pesar de ser nacido y criado en Lago Puelo, representa a la provincia de Río Negro “porque en Chubut nunca consiguió la licencia”, reveló su padre.
Su figura alta y desgarbada, con el pelo largo y cara de bonachón, poco tienen que ver con el mundo del boxeo, al que llegó “de casualidad, un día para acompañar a un amigo a la Escuela Municipal de Boxeo de El Bolsón que dirige Pocho Mariluán y me atrapó, nunca más dejé”.
Sobre la pelea del último fin de semana contra Nacho Rivera (el representante neuquino), señaló que “fue complicada porque me tocó un rival difícil, lo veníamos estudiando con mi entrenador. Al principio, comenzó mejor él porque me costó empezar, pero enseguida me recuperé. Al final, los jueces me dieron claro ganador por puntos”.
El próximo desafío será por el Torneo Nacional Juvenil de Boxeo, previsto del 12 al 17 de mayo en Playa Unión, organizado por Chubut Deportes en conjunto con el municipio de Rawson y la Federación Argentina de Boxeo.
Al respecto, Cid adelantó que “en mis espaldas llevo la responsabilidad de representar a toda la Comarca Andina y espero hacerlo de la mejor manera”.
Acerca de su proyección a futuro, confesó que “llegar a una olimpiada es el sueño de todo boxeador amateur y también para cualquier deportista”. Con todo, planifica “ser un buen profesional y fundar una escuela gratuita de boxeo para ayudar a tantos pibes de la calle que necesitan un espacio de contención y formación”.
De igual manera, Lautaro Cid está cursando el séptimo año en la Escuela Agrotécnica 717 de Cerro Radal, donde “realmente anda muy bien, no se lleva ninguna materia y en diciembre termina”, acotó su progenitor Nelson “Indio” Cid, quien se confiesa “su primer fanático”.
No obstante, el joven pugilista reveló que “a veces se me complica un poco el estudio, principalmente cuando toca entrenar o viajar por las peleas, pero ahí estoy recuperando: pido la tarea a algún compañero y sigo”.
Según reconoció, “mi materia favorita este año se llama cueros y lanas, donde aprendemos a trabajar con el curtido y hacemos pulseras, cinturones y demás cosas con cueros de caballo y de vaca”.
A su lado, Nelson Cid confiesa su orgullo “por la sangre tehuelche que corre por nuestras venas”, al tiempo que se muestra “feliz por la clase de ser humano que es, más allá de los logros que a uno lo emocionan. Igual, un entrenador me dijo que era muy bueno, demasiado caballero y que no tiene maldad, quizás valga como crítica constructiva en un deporte duro como este”.
Precisamente, el apoyo del entorno familiar y las amistades “son fundamentales en cada entrenamiento y en las peleas que tocan a Lauti por distintos lugares de la Patagonia. Es un esfuerzo económico importante, pero vale la pena porque la verdad es que uno lo ve feliz”.
Sin embargo, el padre remarcó que “yo que era fanático del rugby y quería que juegue a ese deporte, me rompió un cachito del corazón cuando me dijo que pensaba dedicarse al box, que era su sueño”.
En relación al desempeño de la Escuela Municipal de Boxeo de El Bolsón, dirigida por Claudio Mariluán y a la que asisten diariamente numerosos chicos de toda la región, Nelson Cid confesó que “estamos bastante abandonados, al punto que representamos a la provincia de Río Negro y jamás se acercó nadie. El municipio nos dio un espacio y estamos agradecidos, pero tuvimos que armar una comisión para bancar la compra de todos los elementos necesarios. Organizamos peñas, rifas y eventos para tener guantes, vendas, ropa para los chicos. Hasta el piso de goma logramos comprar”, concluyó.