Este lunes 30 comenzaron los cursos de ingreso de algunas carreras de la Sede Andina. Hasta el inicio del primer cuatrimestre el 6 de marzo, los ingresantes 2017 estarán participando de clases niveladoras y módulos de ingreso.
Se trata de módulos introductorios de cada carrera y del curso intensivo de la materia Razonamiento y Resolución de Problemas (RRP) para las carreras que tengan matemáticas dentro del primer cuatrimestre del plan de estudios.
Melina y Marcos son dos de los alumnos que comenzaron los cursos de ingreso. Melina se inscribió en la licenciatura en Turismo y dijo estar “nerviosa por este primer día. No tenía idea de cómo iba a ser, ni qué nos iban a pedir, pero está bueno estar acá”.
Ambos rescatan la posibilidad de poder estudiar en Bariloche. “Económicamente me era difícil poder irme a otra ciudad a estudiar”, confiesa Melina. Marcos, por su parte, se inscribió en la licenciatura en Hotelería luego de un par de experiencias fallidas. “Hace unos años me fui a estudiar música a Buenos Aires pero no me gustó. Hay mucha diferencia con vivir en Bariloche, la gente, el ruido… no me acostumbré”.
Si bien los dos acuerdan en que no siempre es fácil encontrar la carrera que a uno le gusta, ambos afirman que es necesario insistir: “Hay que buscar hasta encontrar. Está bueno. Hay que hacerlo”.
Las autoridades de la Sede Andina acompañan este proceso, que no parece fácil al principio. El Vicerrector, Roberto Kozulj, visitó las aulas para dar la bienvenida a los nuevos estudiantes, y para darles ánimo también. “Sin duda este año se halla signado a escala global por la incertidumbre, y es sabido que en muchos casos esa incertidumbre puede producir una suerte de parálisis. Frente a ella las respuestas son diversas”, analiza. “Personalmente creo que en esas circunstancias la mejor decisión es trabajar aún más fuerte. Generar proyectos, alimentar sueños realizables y esperanzas genuinas; como a contracorriente con tenacidad. Por eso celebro haber visto ayer a cientos de jóvenes iniciar el curso intensivo de ingreso en pleno enero, en un día soleado. Estos jóvenes tienen en claro que la mejor manera de enfrentar la incertidumbre es hacer algo por sí mismos. Seguramente enfrentan dudas: ¿tendré la capacidad que se requiere? ¿Elegí la carrera que realmente me permitirá desarrollar mis sueños y aspiraciones? Y tantas otras. Y mi respuesta es muy simple: el paso por la vida universitaria es una de las etapas más ricas de la vida y no se pueden desaprovechar las oportunidades. No es sólo para genios, aunque los hay. No hay desafíos que un joven no pueda superar si se lo propone. Es cuestión de ayudarlos a aprender, a potenciar sus facultades y a desarrollar la confianza en sí mismos. Es también cuestión de constancia y de vencer temores naturales que no suelen nunca dejarnos tranquilos, porque la vida es así. Nuestros docentes y no docentes son excelentes y juntos recorremos este camino que es más fácil de lo que solemos pensar. La clave: no aflojar nunca; ir paso a paso; no postergar”.