Desde el Parque Nacional Lago Puelo agradecieron ayer al poblador Mauricio Buldain “por su valiosa observación y el material fotográfico enviado” de un ejemplar de pudú pudú que apareció por su chacra del paraje Entre Ríos.
Se trata del cérvido más pequeño del mundo (apenas supera los 50 centímetros de altura), que en la cordillera argentina y chilena comparte su hábitat con el huemul. Su avistaje es escaso y permanece durante toda su vida en la profundidad de los bosques. Generalmente, su aparición en ámbitos humanos coincide en tratar de escapar a la persecución de perros, situación que les genera estrés.
En este caso, el vecino lo descubrió en el paraje Entre Ríos (entre El Bolsón y Lago Puelo), en cercanías de la escuela 109, donde “tuvo la alegría de poder observarlo durante varios minutos, mientras el ejemplar se retiraba tranquilo”.
De inmediato dio aviso a la intendencia del Parque Nacional Lago Puelo y desde allí a la Dirección de Fauna Silvestre de la provincia del Chubut, cuyo personal llegó hasta el establecimiento rural, pero el pudú pudú ya no se encontraba allí.
Desde el organismo oficial recordaron que el pequeño cérvido “tiene especial valor de conservación, toda vez que se encuentra amenazado a nivel nacional”. Puntualmente, está protegido dentro de los parques nacionales Lanín, Nahuel Huapi, Los Arrayanes, Lago Puelo y Los Alerces.
En detalle, vive en los bosques andino patagónicos con vegetación densa y evita los claros muy extensos; por ende, es difícil de observar. Su depredador natural es el puma, aunque en la actualidad las principales causas de muerte se relacionan a la pérdida del monte nativo, atropello de vehículos, caza ilegal e impacto de especies exóticas invasoras, como el ganado vacuno, el jabalí y el ciervo colorado, así como los perros domésticos sueltos que suelen correrlos y hostigarlos.
El macho presenta una cornamenta simple de hasta 10 cm de largo (la caída de las astas se produce a mediados de julio). Su pelaje es denso de color pardo rojizo uniforme, algo más claro en el vientre. La cría nace con manchas blancuzcas que se mantienen hasta los dos meses de edad. Son solitarios, aunque también se puede ver a la hembra acompañada de su cría. Pueden vivir en lugares reducidos si cuenta con abundante vegetación, ya que su tamaño le permite desplazarse fácilmente y en forma cautelosa en la espesura del sotobosque. Es veloz y cuando se siente perseguido corre en zigzag. Se alimentan de hojas y brotes de árboles y arbustos, gramíneas, y frutos.
Dentro del Parque Nacional Lago Puelo, se los ha observado en áreas cercanas al río Azul, El Turbio, cerro Cuevas y otros lugares con sotobosque, caña colihue y lugares donde pueda obtener alimento.
Un avistaje anterior fue en noviembre de 2020, cuando una cierva pudú cruzó nadando el río Azul y quedó deambulando en el callejón Muke, en Villa del Lago, ejido de Lago Puelo. Una vecina la dejó ingresar a su patio cercado con alambre romboidal, donde a los pocos minutos comenzó a comer las hojas de un maitén y permaneció a la sombra. En tanto, llegaron hasta el lugar los bomberos voluntarios, quienes avisaron a Parques Nacionales para su rescate.
Pasadas algunas horas, tras comprobar que no tenía mordeduras u otras lesiones, fue trasladada hasta la zona de Los Calabozos, donde fue liberada en el bosque nativo que limita con la selva valdiviana, rumbo a la frontera con Chile.
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