El intendente Juan Pablo Luque recorrió el Centro de Información Pública, espacio dedicado exclusivamente a niños, niñas y adolescentes durante la presente edición del evento, donde se desarrollarán actividades literarias, lúdicas y recreativas, acompañadas por las nuevas tecnologías.
La 9° Feria Internacional del Libro se proyectó como una fuerte apuesta a la participación de los más jóvenes, con propuestas modernas e innovadoras que atraigan el interés de las nuevas generaciones hacia el libro en todos sus formatos.
En ese marco, se designó al CIP como sede exclusiva de actividades para niños, niñas y adolescentes, donde se llevarán adelante encuentros de booktubers y bookstagramers, torneos de FIFA y mural participativo, que se repartirán en los sectores denominados Usina Joven, Campamento Literario y Espacio UPA –para niños hasta 4 años-.
Además, se entregarán Chequelibros a los alumnos de las escuelas secundarias que efectúen recorridos por el lugar. Los Chequelibros se podrán canjear como parte de pago en cualquier stand de la Feria.
Tras su recorrido por el lugar, el intendente manifestó que “es trascendental brindar herramientas que promuevan el desarrollo de nuestros chicos, por ello preparamos todo este espacio especialmente para ellos, con propuestas de distinta índole para despertar su interés por la lectura con el acompañamiento de las nuevas tecnologías”.
“Los niños son el futuro de Comodoro y debemos seguir trabajando para que el día de mañana los encuentre listos para enfrentar los desafíos que se propongan. Desde el Estado apostamos por ellos y estamos seguros que vamos por el buen camino en ese sentido”, enfatizó Luque.
Centro de Información Pública “Francisco ‘Paco’ Porrúa”
Por otro lado, como parte de la apertura de la Feria del Libro, se homenajeó a Francisco “Paco” Porrúa, quien da su nombre al Centro de Información Pública. Porrúa fue un importante hacedor cultural español que, siendo muy pequeño, se radicó en Comodoro Rivadavia con su familia, donde pasó su infancia.
Asimismo, fue editor y traductor literario de importantes publicaciones, como “Rayuela”, de Julio Cortázar; “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez; y “Crónicas Marcianas”, de Ray Bradbury. Fundó Ediciones Minotauro, editorial referente en el género de ciencia ficción en Latinoamérica, y llevó adelante una destacada labor en Editorial Sudamericana.