No obstante, reconoció que “nuestro gran problema es el atraso varietal. Desde la década del ’90, Argentina no tiene un programa de mejoramiento genético y no desarrolla variedades propias, aún cuando hay muchas de nivel mundial que no se liberan, ya que ni siquiera es interesante comercializar la patente en países como el nuestro. Mayormente, seguimos produciendo Cascade, bien aceptada tanto por las firmas industriales como artesanales, pero hay otras innovaciones de mejor demanda”, destacó.
Al respecto, graficó que “si uno quisiera hacer una IPA de esas que nos encantan a los fanáticos de los aromas, hay que pensar en variedades que cuestan mucho más conseguir, como Victoria (oriunda de Australia) y que también se hace en nuestra zona. Cervecería Auka, de El Bolsón, está haciendo maravillas con ese lúpulo”.
No obstante, insistió con que “las variedades modernas, desarrolladas a partir de 2002, no están disponibles en el mercado. La industria acepta bien la Cascade y Nugget, pero los cerveceros artesanales pagan fortunas por aquellas otras menos conocidas”.
En referencia a las actuales demandas hacia el sector estatal, enumeró “el capital de trabajo o créditos blandos para acceder a maquinarias de altísimo valor”
Según Testa, “la cosecha es el cuello de botella para cualquier productor de lúpulo del mundo. En enero, planteamos al ministro de Agricultura, Alberto Diomedi, las limitaciones de infraestructura de la empresa Paluan. A través del programa Río Negro Fiduciaria, nos ofreció un aporte de $10 millones, que cubre alrededor del 30% de una cosechadora de última generación. En realidad, es una inversión gigante que se comenzó a pagar a principios de este año con recursos propios a una firma alemana y donde hay que seguir cubriendo cuotas hasta agosto de 2020”.
Recordó que hasta la actualidad “se está usando maquinaria de origen inglés, de la década de 1970, que ya tiene fatiga de materiales. En este caso, no hay enormes cambios tecnológicos, pero la nueva maquinaria se va a traducir en un mejor producto para nuestros dos mercados objetivo: un 50% para Quilmes y un 50% hacia el sector artesanal, que hoy ya representa la mitad de nuestras ventas”.
En referencia al próximo Congreso Internacional de Lúpulo, que reúne a más de 700 productores, profesionales y técnicos del sector, más otros dedicados a la fabricación de cerveza artesanal e industrial, Testa confirmó que “será nuevamente en coincidencia con la Fiesta Nacional del Lúpulo, los días viernes 21 y sábado 22 de febrero próximo, con sede en Lago Escondido, gratuito y con el acompañamiento del Inta y Conicet. Ya hay confirmados disertantes de Estados Unidos, Alemania e Inglaterra y nos siguen apoyando las empresas Hopsteiner (EE.UU.) y Fermentis (Brasil), que son líderes mundiales”.
Cabe destacar que en la Comarca Andina se produce el 90% del lúpulo del país, con unas 140 hectáreas en producción: 60 en el Camino de los Nogales, la zona más fértil; 40 en Mallín Ahogado y otras 20 en Lago Puelo, divididas entre dos productores. Se agrega la empresa Quilmes con unas 30 hectáreas en Fernández Oro” (unas 50 toneladas). Sin embargo, en total se abastece apenas el 30% de la demanda argentina.
En tanto, hay 27 países que producen lúpulo a escala comercial. Los más grandes son EE. UU., Alemania, República Checa, China, Eslovenia y Polonia; mientras que los medianos son Inglaterra, España, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Francia. Aunque el lúpulo es un ingrediente minoritario en la cerveza (junto con la levadura), tiene un valor fundamental al ser el responsable de amargor, aroma y sabor. Además, tiene un rol clave en la estabilización de la espuma y en la acción antioxidante. Con todo, se reconoce que “la calidad del agua es el principal componente”.
Cosechadora de lúpulo
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Río Negro, Alberto Diomedi, hizo entrega la semana pasada del crédito de $10 millones provenientes del Fondo Fiduciario para el Fortalecimiento de la Productividad Rionegrina, lo que permitirá a la firma local la compra de una cosechadora de lúpulo de última generación, a una tasa de interés favorable del 12,5% anual y seis meses de gracia para iniciar el pago.
La incorporación de tecnología que perfecciona el mecanismo productivo está destinada a atender la demanda del segmento más exigente dentro de los cerveceros artesanales. Uno de los objetivos finales es cubrir el desarrollo del “Plan de Negocios 2019”, propuesto por la empresa beneficiaria.