En El Manso, los turistas se sorprenden al ver todavía en pie las antiguas viviendas sobre el camino de la colonización, que fue la puerta de entrada de los primeros pobladores de la comarca, quienes designaron al valle con el romántico nombre de “El Paraíso”, quizás deslumbrados por el paisaje de sus cordilleras nevadas, el río de aguas turquesas, los bosques de cipreses y los campos interminables donde podían pastar con absoluta tranquilidad sus vacas, caballos y ovejas.
Por estos días, antes de llegar, los lugareños aconsejan “relajarse, porque comenzará a ser parte de un paisaje único, ideal para descansar y disfrutar de la naturaleza en un ambiente auténticamente rural”.
Durante las últimas décadas se ha convertido en “capital del turismo aventura”, principalmente por las excursiones de rafting hasta el límite con Chile que aseguran “adrenalina al máximo”, donde se recorren aproximadamente 10 rápidos -clase 3 y 4-, considerados de los mejores de Argentina. “Es para contarlo toda la vida. Una experiencia para los más audaces, garantía de diversión asegurada, además de zambullirse en pozones que regalan todo tipo de sensaciones. Remos listos y muchas ganas de tomar contacto con el agua son los únicos requerimientos para vivir la aventura en el río Manso”, anticipan los prestadores.
Otra de las propuestas del lugar es una cabalgata “para conocer lugares únicos, con miradores espectaculares del cerro Bastión, glaciares eternos, cascadas y verdes praderas para galopar sintiendo el viento en la cara”, promete Sebastian Jhon, quien ofrece el servicio en El Manso Inferior.
Por supuesto que también hay que dedicar tiempo para llegar hasta los aleros con pinturas rupestres de ocho mil años, con figuras de rombos escalonados en el sitio Lisandro, figuras humanas en el sitio Peumayén y figuras geométricas en el paredón Lanfré, con predominio del color rojo, dejadas por las antiguas tribus que usaban el corredor para deambular entre la meseta patagónica y las costas del Pacífico.
Para hospedarse hay suficiente oferta de cabañas y hosterías, que el viajero encontrará sobre la ruta. Tampoco falta el campesino que se ofrece para preparar un buen cordero al asador y esperar a la familia en la cabaña. Con solo preguntar, en una chacra conseguirá pan recién horneado y tortas fritas. La vecina seguro hace el mejor dulce casero y más allá están cosechando verduras orgánicas y unas manzanas, peras y membrillos con un aroma que nunca sintió.
Desde épocas inmemoriales El Manso “fue la verdadera ruta de los Vuriloches, utilizada también desde 1670 por los primeros sacerdotes que cruzaron la cordillera”. Un verdadero icono de aquellos pioneros es la centenaria casona -justo en la frontera- construida con tejuelas de ciprés y alerce, morada de la familia Bahamonde, con la puerta siempre abierta, que invita a prolongar la visita entre mates y tortas fritas para conocer las costumbres lugareñas.
En el ejido de El Manso viven unos 1500 habitantes, distribuidos en los parajes El Manso Superior, El Manso Medio, El Manso Inferior, Río Villegas y El Foyel. Para llegar hay que tomar la Ruta Nacional 40 (55 km al norte de El Bolsón), y desviar en el puesto de Gendarmería en Río Villegas a través de la Ruta Provincial 83. Hasta el límite con Chile distan 43 km y todo el recorrido se hace serpenteando el río Manso, que atrapa en cada recodo.
Para tener en cuenta: en los primeros días de diciembre se celebra en la frontera Encuentro de la Hermandad Argentino Chileno, que reúne durante dos días a vecinos de ambos países en una celebración popular para” recordar a nuestros abuelos y visibilizar nuestra necesidad de conectividad”. La fiesta incluye números artísticos, muestra costumbrista, gastronomía cordillerana y “mucha alegría y cordialidad con los turistas, a quienes estamos encantados de recibir”, valoran los pobladores del paraje trasandino El León, donde viven unas 25 familias que se vinculan permanentemente con El Bolsón para su abastecimiento y cuentan con un convenio para atención sanitaria.
Con todo, la expectativa de la región está puesta en “la pronta culminación del camino internacional que unirá la Comarca Andina con Cochamó, Puerto Varas y Puerto Montt”. Según el alcalde Carlos Soto, “en un plazo no mayor a los tres o cuatro años se terminarán los 25 km que faltan -de un total de 45 km- y que separan a Paso El León del lago Tagua Tagua”.