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El Instituto Provincial del Agua regularizó permisos de extracción de áridos en ríos de la Cordillera

El titular del organismo, Pablo Rimoldi, inspeccionó el reinicio de las actividades de los permisionarios, luego de que se aprobaron los Planes de Manejo, a través de los cuales se definen los bancos o islas que se podrán remover y teniendo en cuenta un protocolo de buenas prácticas ambientales.

El administrador del Instituto Provincial del Agua (IPA), Pablo Rimoldi, inspeccionó el reinicio de la actividad de los primeros permisionarios en Lago Puelo para la extracción de áridos de ríos de la Cordillera, con el objetivo de ordenar la actividad.

Los permisionarios recibieron las autorizaciones para ordenar la extracción de áridos de los cuencos después de un período de freno de la actividad. La remoción del material que acumula el río, formando bancos e isletas que con el tiempo se cubren de sauces, disminuye la capacidad de transporte motivando cambios en el comportamiento del caudal con riesgo de que busque cambiar su recorrido inundando el área urbana.

“Años atrás el IPA intentó ordenar el aprovechamiento de los áridos a través de convenios con los municipios que tenían la posibilidad de ordenar la actividad con la supervisión de los técnicos del organismo provincial e incluso cobrar el canon correspondiente”, indicó Rimoldi. “Debido a las denuncias recibidas por el Instituto que parecían demostrar un inadecuado control de la actividad se decidió no renovar el convenio con el municipio de Lago Puelo y reasumir la responsabilidad”, agregó.

En este sentido, agregó el funcionario, “en junio se intimó a todos los empresarios a que regularizaran sus permisos, interrumpiendo la extracción hasta que tuvieran aprobados los Planes de Manejo, herramienta diseñada por los ingenieros del área de proyectos del IPA, a través de la cual se definen los bancos o islas que se podrán remover, hasta qué profundidad y con un protocolo de buenas prácticas ambientales”.

Estos Planes de Manejo se presentan y discuten con los vecinos ribereños para garantizar que se tengan en cuenta los intereses del conjunto. Son inspeccionados por personal técnico para evitar prácticas inadecuadas que impacten el ambiente o la funcionalidad del escurrimiento.

En ese sentido Pablo Rimoldi destacó “la importancia de la intervención que regula y controla una actividad necesaria para mantener la capacidad de escurrimiento del río Azul”.